Ciudades Patrimonio de la Humanidad: Cáceres

Ciudades Patrimonio de la Humanidad: Cáceres

Fecha de publicación: 26/09/2019 Fecha de actualización: 17/12/2019
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Cáceres es una ciudad extremeña, considerada Patrimonio Histórico de la Humanidad por su mezcla de culturas y arquitectura. Entre sus muros han habitado pueblos como los romanos, judíos, almohades, portugueses...

Pasado y presente de Cáceres

 

Actualmente, Cáceres es la capital de provincia del mismo nombre y pertenece a la Comunidad Autónoma de Extremadura. Como curiosidad, es el término municipal más extenso en cuanto a superficie que hay en España. El centro urbano está situado a poco más de 250 kilómetros de dos ciudades extremeñas importantes, como son Plasencia (al norte de la provincia) y Trujillo, situada al este.

Geográficamente, Cáceres linda con el pueblo Casar de Cáceres, donde se elaborar el famoso queso “La torta del Casar” y el término municipal Sierra de Fuentes, donde está el punto más alto de la Sierra de la Mosca, denominado el Risco.

Las vías principales de acceso a la ciudad son la nacional A5 y la A66. Esta última es conocida como la Ruta o Vía de la Plata, que conecta Castilla y León con Andalucía y que está muy ligada a la historia de la ciudad.

De hecho, Cáceres es un memorándum de las diferentes culturas que la han colonizado desde el año 34 a. C., cuando tuvo lugar su fundación por los romanos. Su historia ha estado siempre muy ligada a la Vía de la Plata, una calzada romana con mucha historia, que unía Astorga (León) con Sevilla y que cruzaba Extremadura.

Esta vía tenía una doble función. En primer lugar, era muy frecuentada por los peregrinos que hacían el Camino de Santiago y, en segundo, se convirtió en una ruta comercial muy importante para la región, llegando ya en épocas romanas a tener una longitud de más de 300 kilómetros.

En la imagen se aprecia una vista panorámica del casco antiguo de Cáceres.  Al fondo se ven las características torres blancas de la iglesia de San Francisco, color que contrasta con los muros de piedras, características del resto de edificaciones.

 

Cáceres tuvo su mayor esplendor en el siglo XII, cuando fue invadida por los árabes, que también dejaron su impronta en la ciudad con un rico patrimonio islámico medieval. El Rey Alfonso IX reconquistó la ciudad comenzando un periodo de guerras continuas para instaurar el cristianismo y la cultura de occidente. Con Isabel la Católica, Cáceres recuperó la tranquilidad y comenzó una nueva era de gran bonanza económica, ya que jugó un importante papel en el descubrimiento de América.

 

Historia de la ciudad

 

Si escarbamos un poco más en los orígenes de Cáceres, encontramos que, en sus comienzos fue una colonia de nombre Norba Caesarina y que se edificó en honor a Julio César por parte del procónsul, Cayo Norbano Flaco. Unos años después, en torno al 27 a. C., ya comienza a ser parte de la provincia Lusitania, cuya capital era Mérida (Augusta Emerita).

Para contrarrestar la influencia que ejercía Augusta Emerita en la región, los responsables de la entonces colonia buscaron el patronazgo de un noble influyente, en este caso un destacado general romano: Lucio Cornelio Balbo. Bajo su protección, Cáceres vivió unos siglos de gran prosperidad económica y social.

Todo esto cambió para mal en el siglo V, cuando las tropas visigodas destruyeron lo que fue una importante colonia romana y comenzó una época convulsa donde la ciudad fue reconquistada, una y otra vez, por diferentes pueblos.

En la imagen vemos el Museo de Historia, Casa Pedrilla. La casa del antiguo cónsul alberga objetos que cuentan la historia de Extremadura. El museo se ubica en una casa construida en el siglo XVI siguiendo los cánones de la arquitectura portuguesa.

 

A los visigodos les siguieron los musulmanes que establecieron su base militar en un cerro estratégico de la ciudad, que cada vez adquiría más importancia. De hecho, durante el imperio almohade, en el siglo XII, se creó allí una fortificación amurallada y la ciudad pasó a llamarse Hizn Qazris.

El imperio árabe comenzó su decadencia en 1169, tras una lucha con Fernando II de León y este acabó quedándose con el control de la ciudad; sin embargo, para contrarrestar a los portugueses, que querían hacerse también con ella, al noble no le quedó otra que establecer una alianza temporal con los árabes para evitar su caída. Finalmente, la fortaleza almohade queda en manos de los denominados Frates de Cáceres, una orden religiosa y militar organizada por un grupo de caballeros.

Esta ilustración del Museo de Historia de Casa Pedrilla recrea una de las batallas de Vasco Núñez de Balboa, conquistador extremeño, cuando estuvo en las Indias (América).

 

Unos pocos años después, el ejército almohade recuperó de nuevo la ciudad para el imperio musulmán. Finalmente, el rey Alfonso IX de León conquistó definitivamente la ciudad medio siglo después de que los Frates de Cáceres cayeran a mano de los musulmanes. Tras su muerte en 1230, esta pasó a manos de la Corona de Castilla.

 

Cáceres: patrimonio y monumentos principales

 

Cáceres tiene muchos vestigios por descubrir de sus diferentes épocas históricas. ¿Quieres saber cuáles son algunos de sus monumentos más importantes?

  • Plaza Mayor. La Playa Mayor de Cáceres es el monumento emblema de la ciudad, construida en el siglo XIV en un solar entre dos zonas intramuros: las viviendas construidas alrededor de la puerta de Coria y aquellas en torno a la iglesia de Santiago. En aquellos momentos, la explanada se convirtió en un lugar ideal para celebrar eventos lúdicos, mercados y ferias; hoy en día es la principal entrada para la ciudad monumental. La última reforma que se hizo de la plaza data del año 2011.

 

En esta imagen de la Plaza Mayor se aprecian las escaleras de piedra que conducen al Arco de la Estrella y a la Concatedral de Santa María, dos de los emblemas de Cáceres.

 

  • Torre de Bujaco. Se trata de la construcción que más llama la atención de la Plaza Mayor y uno de los tesoros que los árabes dejaron en la capital extremeña. Aunque su origen no es almohade, sí que debemos al califa Abu Ya´qub su remodelación y que haya llegado hasta nosotros con este aspecto. Situada en la parte noroeste de la ciudad monumental, la Torre de Bujaco tiene una planta cuadrada que se asienta sobre unos sillares romanos. En el siglo XVIII, se añadieron al conjunto algunos elementos como una ringla de almenas así como un matacán frontal y dos laterales. Por su parte, en el siglo XVI, se construyó un pequeño balcón, conocido como «de los fueros», en su parte occidental.

 

Con una altitud de 25 metros de altura y planta cuadrada, la Torre de Bujaco se levanta dentro de la zona defensiva de la ciudad cacereña.

 

El origen del nombre tiene varias leyendas. Algunos creen que se llamó así en honor al califa que reconquistó la ciudad, matando para ello a cuarenta frates cacereños que la custodiaban. Otros autores dicen que Bujaco viene de la palabra buhaco, que es un muñeco hecho de jirones de ropa y paja, muy característico de la zona y que solía colocarse en los balcones de los fueros, entre los siglos XVIII y XIX. La torre también se llamó «del Reloj» porque durante unos años tuvo uno en lo alto, pero es la acepción menos conocida del lugar. A día de hoy, el espacio se utiliza para que los turistas puedan ver la ciudad desde lo alto de su almenar, y también tiene un centro de interpretación privado.

El Arco de la Estrella se encontraba junto a una portezuela y, en el siglo XV, se utilizaba para que los carruajes entraran en la Plaza Mayor, ya que por entonces la muralla ya no tenía un carácter defensivo.

 

  • La Torre de los Púlpitos. La Torre de los Púlpitos limita con la Torre de Bujaco y el Arco de la Estrella; concretamente, se sitúa al oeste de la muralla que bordea la ciudad monumental. Su estructura nos sugiere su origen cristiano, ya se asemeja mucho a los púlpitos de una iglesia: tiene saeteras en forma de cruz, con dos esquinas frontales que están rematadas con cilindros. Su planta es cuadrada, tiene una altura de 16 metros y está construida con sillería granítica. Su principal función era defender la ciudad amurallada, aprovechando sus saeteras, sobre todo al abrirse una nueva puerta de acceso. Está torre está comunicada físicamente con el palacio de Mayoralgo, una iniciativa de sus ricos propietarios para participar en todos los acontecimientos que tenían lugar en la Plaza Mayor sin tener que poner un pie en la calle. Para ello, se construyó un arco de unión a cuatro metros sobre el suelo.

 

Imagen del conjunto arquitectónico formado por la Torre de Bujaco, la ermita de la Paz y el Arco de la Estrella. En la Plaza Mayor se encuentran las principales edificaciones de la ciudad, con vestigios de las diferentes culturas que la habitaron.

 

  • Iglesia Concatedral de Santa María. Esta iglesia obtuvo el rango de concatedral en 1957 y es considerado el templo cristiano más emblemático de la ciudad de Cáceres. Sus orígenes están en el siglo XIII, en una construcción como templo románico que fue destruido durante uno de los periodos convulsos que vivió la ciudad; sin embargo, sus cimientos sirvieron para erigir otra iglesia, entre los siglos XV y XVI, que es la que se conserva en la actualidad.

 

 En el año 1931, esta iglesia fue declarada Monumento Histórico Artístico. En la nave central del templo hay un órgano fabricado por Manuel de la Viña, en 1703.

 

Con un estilo tardogótico, de esta etapa solo se conservan los canecillos que asoman al exterior de las vigas, situados en dos de las puertas góticas de la concatedral: la meridional y la occidental. El resto del templo está lleno de elementos que recuerdan a los periodos renacentistas y al gótico, sobre todo en la parte de la torre y el coro. El exterior es muy sobrio y característico de la arquitectura española de la época medieval.

Del exterior cabe destacar las dos portadas de la iglesia. La más visitada es la que se sitúa en el lado del evangelio y da acceso a la Plaza Mayor. Tiene un arco gótico muy característico que se construyó a finales del siglo XIII. Con respecto al interior, este está dividido en tres partes de cinco tramos cada una, rematadas con bóvedas de crucerías. También hay que destacar una de las figuras más queridas por el pueblo cacereño, que se encuentra en el interior de la iglesia y es el Cristo Negro, una escultura de estilo gótico, creada en el siglo XV.

Imagen de la figura de San Pedro de Alcántara. La figura es un autorretrato del propio escultor. Si el turista se fija en los pies, verá un pulido causado por las continuas muestras de devoción de los fieles, que los besan al pasar.

 

Rutas Urbanas

 

Para no perderse nada de Cáceres, una interesante ruta por el centro empezaría por la plaza de la Concepción, situada a escasos metros de la Plaza Mayor. Antiguamente albergaba las estancias y las caballerías de una casa noble del siglo XVI. En el año 2013, este lugar sufrió una importante rehabilitación por parte del ayuntamiento, con la idea de darle un empuje turístico a la zona.

La plaza de las Veletas es una plaza pequeña, pero con mucho encanto, donde está ubicada la Casa de las Veletas, que es la sede del museo provincial.

 

Aunque respetaron el muro y la bancada perimetral (su fisonomía antigua), así como las palmeras, se hizo un lavado de cara al muro y se puso una histórica fuente, aumentando el espacio peatonal. De ahí sale la calle Parras, columna vertebral de la zona y de acceso para otras plazas emblemáticas, como es la de Obispo Galarza o la del Doctor Durán.

Esta pequeña plaza tiene mucha historia. Además de estar flanqueada por la iglesia de San Juan, en ella se celebraran las tradicionales ferias de ganado y hoy en día es una de las más populares de toda la urbe. Allí también podemos encontrar el palacio de Monroy, que es la sede de la Cámara Oficial de Comercio e Industria de Cáceres, así como el palacio Casa de los Ovando Espadero.

Los Escudos de armas son muy comunes en las casas situadas en el casco histórico. Se trata de vestigios de un pasado glorioso de las familias que habitaron o construyeron esas viviendas.

 

Subiendo por la calle Gran Vía, encontramos numerosas plazuelas hasta llegar a la Concatedral de Santa María, de la que hemos hablado antes, y a la plazuela del Socorro, que se encuentra a escasos metros. Aquí puedes visitar la Torre del Socorro, que ha jugado un papel fundamental en la defensa de la zona norte de la ciudad.

La torre se encuentra hoy en día dentro de una vivienda perteneciente a una familia muy rica, de apellido Trespalacios, y está también unida a la muralla.

Cisterna árabe del siglo XII que servía para almacenar agua y abastecer a la población en caso de asedio militar.

 

No tendrás que andar mucho para encontrar edificios ilustres, como el Museo de Cáceres, compuesto por casas históricas: la de los Caballos y la de las Veletas, albergando un precioso patio interior. En las inmediaciones te encontrarás otro museo, esta vez árabe: Yusuf Al-Burch, evidenciando la mezcla de culturas que han forjado la ciudad que existe hoy en día.

La ruta finaliza en el Baluarte de los Pozos; se trata de una torre de origen almohade cuya construcción data del siglo XII. Su principal función era proteger unos pozos que se habían construido para abastecer a los ciudadanos en caso de guerra o asedio militar. Dentro hay una exposición de maquetas que representan diferentes monumentos emblemáticos de Cáceres y el conjunto está en una vieja judería.

En el Baluarte de los Pozos se pueden apreciar, con mucha paciencia, inscripciones en árabe de la época de los almohades.

 

Información útil

 

 

El grosor de los muros de algunas edificaciones del centro de la ciudad los hacía impenetrables al ruido y al clima. También se aprecia parte del pavimento romano, que ha llegado prácticamente intacto hasta la actualidad.

 

Cáceres es un punto de encuentro de los distintos pueblos que han habitado la península ibérica a lo largo de la historia. Sus calles de piedra derrochan cultura, historia y tradiciones. ¡Ven a visitar Cáceres, no te arrepentirás!


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